domingo, 20 de enero de 2013

El Trabajador

Trabajo, ese oscuro objeto de deseo.

Siempre me ha parecido triste, pero mas aún ahora si cabe, el tener que estar contento por tener trabajo. Entendiendo aquí trabajo como eso que hacemos por obligación y solo a cambio de dinero a pesar de sentirnos la mayor parte de las veces explotados.

Es de este por supuesto del trabajo que hablo y no del que dignifica y realiza al hombre como persona, donde además de una compensación económica que le permita vivir, le da también otro tipo de satisfacciones (coincidiendo en este caso con algo para lo que esta preparado y le gusta hacer).



Pues el otro día pensando (exagerando un poco y dejando volar la imaginación) se me ocurría que "el trabajador" podía ser una especie en extinción, por otra parte algo totalmente imposible, a ver de que sino iban a vivir todos esos que no dan ni golpe y que "sin saber muy bien porque" están forrados de pasta.