viernes, 11 de julio de 2014

La peonza, mas de 2000 años dando vueltas

La peonza, yo siempre le he llamado trompa aunque he visto por ahí que el sinónimo mas utilizado es "trompo".

Hacia tiempo que no veía a a nadie jugar, y cuando lo he hecho han sido unos momentos con sensaciones muy dispares y gratificantes, a parte del acto fotográfico en si.




Había quedado con una amiga, venía con su hijo y un sobrino, no nos habíamos a penas saludado y ellos ya estaban girando sus peonzas.




En cuestión de minutos, otros dos niños con sendas peonzas han aparecido por allí y a partir de ahí ya practicamente solo nos hemos dedicado a ver como practicaban y hacían alarde de su destreza a la vez que competían entre si.


Según antropólogos, la peonza parece que  en  un principio formó parte de un instrumento que se utilizaba para obtener fuego mediante el juego semi rotativo de un eje vertical, que frotaba en una madera horizontal.


Catón, hombre de estado romano, recomendaba este juego argumentando a los padres, que se trataba de un pasatiempo más adecuado para los niños que los dardos.


En el Museo Británico se conserva un ejemplar de Thebas del año 1250 antes de Cristo, en el que mencionan sus usos.



Si estas interesado en saber algo mas de la historia de la peonza puedes ver este enlace relacionado.






Personalmente me he remontado bastantes años atrás y junto con este han sido otros los juegos que han venido a mi mente; A la vez admiraba esa capacidad que tienen los niños de ignorar todo lo demás y con un solo punto en común, crear en un instante todo un clan.

También me produce satisfacción ver que hay juegos que siguen primando y me da esperanzas a pensar que por mucho tiempo que pase, no todo se remitirá solo a lo digital.







A la peonza se juega desde hace más de dos mil años, algo si ha cambiado el artilugio (ahora son de plástico, las hay con luces, punta giratoria, etc ...)  pero imagino que tanto los griegos de antes de cristo, los romanos, nuestros abuelos, nosotros en nuestra época y los niños que jugaban el otro día, todos experimentamos la misma sensación al lanzarla o intentar ponerla en la palma de nuestra mano. ;-)


4 comentarios:

  1. Me provoca este artículo una mezcla de emociones: Ternura de ver a niños jugando y socializando; melancolía al evocar una época de mi vida tan lejana que hay que remontarse a ella buscando en la memoria recóndita y añoranza de aquellas trompas de madera torneada pintada a medias de rojo a la que les serrábamos la cabeza y colocábamos una chincheta en el muñon.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, supongo que algo parecido a lo que me paso a mi cuando estaba haciendo las fotos y después al procesarlas.
      Creo que esa fue la razón para que decidiera publicar la entrada.

      Eliminar
  2. Muchas gracias por el momento compartido y por las fotos de los niños. Están geniales!

    ResponderEliminar