Son muchas las ocasiones en las que paso por este lugar, pero casi nunca me coinciden las horas de luz y mucho menos en esta época del año, que es cuando menos me suelo acercar por la zona. Un viaje no de ocio y la vuelta a una hora no habitual nos ha permitido unas vistas de la laguna medio helada y que nada tienen que ver con la imagen que presenta en la época de calor.
En verano es fácil ver a pequeñas pollas de agua, alguna garza (no tan fácil) u otras aves rondando por allí, en esta ocasión estaba claro que no íbamos a ver gran cosa, a lo lejos vimos un par de cigüeñas que tienen el nido en el pueblo y que no se si este año habrán llegado a marcharse.
Lo que si esta claro es que mereció la pena parar, y disfrutar en un soleado día de invierno, de esta vista tan inusual de la zona.
Muy bonito este rincon de la montaña palentina
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