En aquella ocasión utilizaba las fotos para hablar de algo que me preocupaba en el momento.
Las preocupaciones siguen siendo prácticamente las mismas y no han variado significativamente, lo que si que ha variado es mi forma de actuar y digamos que de "afrontar" las situaciones.
Procuro hacer las fotos de forma discreta y a ser posible sin que el fotografiado se de cuenta, cosa que no siempre ocurre.
Esto a parte de evitar malentendidos da naturalidad, aún así en ocasiones ya he tenido que dar mas de una explicación, lo cual sin hacer nada malo, no deja de darme malas sensaciones.
Entiendo por supuesto también a las personas que de alguna manera se pueden sentir violentadas al hacerles una foto, y mas en este caso, tratándose de niños (no son ellos precisamente los que se incomodan), pero esa creencia de que te roban el alma al hacerte una foto, yo pensaba que ya estaba superada.
A fecha de hoy me preocupa mas como enfocar el proyecto que como hacer las fotos.
Empezando por definir ese tramo en el que se encuentra la "edad de la inocencia" (ya sea infancia y/o adolescencia) que en cualquier caso no dejan de ser periodos difíciles y complicados de nuestra vida y terminando por decidir si sera algo basado en recuerdos y sensaciones del momento o una visión mas general basada en la distancia y experiencia actual.
De momento sigo haciendo fotos y recogiendo material, la ventaja/desventaja de esto es que no hay presión, sabes cuando empiezas pero no esta muy claro cuando se acaba. :)
Los proyectos que no se abandonan están siempre tomando forma. Aunque parezca que no. Son como las casas prefabricadas. Sin conciencia exacta de que lo estamos haciendo, construimos piezas aparte hasta que un día te preguntas ¿Y todo esto que tengo por aquí? Lo reunes, lo clasificas e incorporas lo bueno al proyecto. De la noche a la mañana, las cuatro columnas se convierten de golpe en un edificio listo para habitar.
ResponderEliminarTransmite buena onda este proyecto tuyo.